Incontinencia urinaria y alteraciones del suelo pélvico. Láser ginecológico

Clínica Mencía, tratamiento de la incontinencia urinaria

Servicios de ginecología en Salamanca y servicios de ginecología en Plasencia

La prevención de las alteraciones del suelo pélvico debe iniciarse ya durante el embarazo, continuando en el momento del parto y naturalmente seguir en el posparto. 
Recuerde que el objetivo principal en el posparto consiste en reconquistar y reeducar su periné con suavidad.

No retorne a la gimnasia hasta 5 ó 6 semanas después del parto y cuente con el consentimiento de su médico, pues el periné deberá recobrar su tonicidad para resistir los esfuerzos de presión.

El suelo pélvico es el conjunto de músculos que cierran y sostienen toda la parte baja del abdomen, es como una hamaca que sostiene la vejiga, el útero y el recto, y que en el momento del parto o con la edad se puede volver frágil y dolorosa, susceptible de acarrear consecuencias posteriores tales como la incontinencia de orina o los prolapsos.

El embarazo y el parto son momentos claves en la vida de una mujer en lo que hace referencia a la continencia de esfínteres (músculos en forma de anillo que cierran de forma voluntaria un orificio, en nuestro caso el cuello vesical) y el riesgo de aparición de un prolapso genital (descenso uterino y de la vejiga), aunque excepcionalmente este problema puede existir también en la mujer virgen o que no ha tenido hijos.

Es importante pues poner en práctica todos los medios necesarios para evitar que el embarazo y el parto tengan consecuencias negativas sobre el funcionamiento ulterior del periné, especialmente en lo que se refiere a la sexualidad y a posteriores embarazos.

INCONTINENCIA URINARIA

La incontinencia urinaria de esfuerzo es el escape de una cierta cantidad variable de orina a través de la uretra, tras un aumento repentino de la presión intraabdominal, cosa que ocurre a la mujer que la padece cuando anda, salta, baila o realiza un esfuerzo con la prensa abdominal (tos, estornudo, risa) y no cuando está sentada o en decúbito.

Esta circunstancia es relativamente frecuente, y no es consecuencia de operaciones o trastornos neurológicos. En mujeres que no han tenido hijos de edad avanzada puede presentarse incontinencia de esfuerzo debido a la atrofia del mecanismo del esfínter uretral por la edad, pero en la mayoría de los casos, el problema aparece después de uno o de varios partos vaginales, como consecuencia de traumatismos obstétricos sobre la vejiga, sobre la uretra y/o sobre los mecanismos de fijación de estas estructuras orgánicas.La incontinencia urinaria de esfuerzo, puede asociarse a prolapso uterino y/o a cistocele e incluso aparecer tras la corrección de estas patologías.

PREVENCIÓN DE LAS ALTERACIONES

Lo primero a tener en cuenta en el posparto es la valoración y recuperación del suelo pélvico.
La mayor inquietud de la mujer tras el parto es la de recuperar su silueta lo antes posible.
Ello le lleva a realizar ejercicios abdominales, sin tener en cuenta que las condiciones en las que ha quedado su suelo pélvico no son las más idóneas para soportar importantes aumentos de presión abdominal.

Por ello, tras el parto, es fundamental valorar el estado de aquél y tratar de fortalecerlo, aprendiendo a desarrollar el reflejo de contracción del mismo y sólo una vez conseguido este objetivo, autorizar la práctica de ejercicios abdominales.De lo contrario, será candidata a corto o largo plazo a padecer problemas de incontinencia de orina y descensos de la matriz (prolapso uterino), de la vejiga (cistocele) y del recto (rectocele).

RECUPERACIÓN DEL SUELO PÉLVICO

Iniciada precozmente, la rehabilitación en el posparto puede prevenir la aparición de trastornos más importantes en el suelo pélvico. En casos de patología, la rehabilitación puede evitar la cirugía o mejorar los resultados de la misma. En la actualidad contamos con la tecnología LÁSER para la recuperación del suelo pélvico.

Consiste en que la mujer integre la musculatura del suelo pélvico dentro de su esquema corporal e intente percibir sus esfínteres y músculos perineales volviendo a adquirir, poco a poco, la tonicidad de sus músculos.

Las técnicas de que disponemos son:

  • LÁSER GINECOLÓGICO
  • Testing muscular, que nos permite realizar una valoración de la calidad de la musculatura del suelo pélvico.
  • Técnicas de relajación.
  • Biofeedback perineal. Mediante la colocación de una sonda vaginal, puede transformarse la contracción voluntaria en señales visuales y auditivas que permiten una autocorrección y una mejora de la calidad de la misma.
  • Electroestimulación funcional.
  • Conos vaginales para realizar ejercicios en el domicilio.
  • Cinesiterapia activa, es decir, ejercicios especialmente pensados para reforzar la musculatura del suelo pélvico.
Es importante, que ante la aparición de cualquier síntoma (pequeñas incontinencias, sensación de peso vesical o de bulto genital), consulte y hable con su médico para evitar que este problema, de fácil prevención, se convierta en una situación que adquiera cronicidad, con mayor dificultad para su resolución.