SEMANA MOVIMIENTO MOVEMBER. DETECCIÓN PREVENTIVA DE CÁNCER DE PRÓSTATA.

 

 

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A menudo, el cáncer de próstata en estadio inicial no tiene síntomas ni signos. Normalmente se detecta mediante un análisis del PSA. Si se sospecha la presencia de cáncer de próstata en función de un análisis del PSA, se requieren además más controles y pruebas para diagnosticarlo con certeza.

Cuando el cáncer de próstata provoca efectivamente síntomas o signos, generalmente se diagnostica en un estadio posterior. Estos signos y síntomas incluyen:
- Micción frecuente.
- Flujo miccional débil o interrumpido, o necesidad de hacer fuerSEMANA za para vaciar la vejiga.
- Urgencia de orinar frecuentemente por la noche.
- Sangre en la orina
- Sangre en el líquido seminal.
- Nueva aparición de disfunción eréctil.
- Dolor o ardor al orinar, que es mucho menos frecuente.
- Molestias o dolor al estar sentado, causadas por un aumento del tamaño de la próstata.

A veces, los hombres con cáncer de próstata no manifiestan ninguno de estos cambios. Otras afecciones de la próstata no cancerosas, como la BPH o un aumento del tamaño de la próstata, pueden producir síntomas similares. O bien la causa de estos síntomas puede ser otra afección médica diferente que no sea cáncer. Los síntomas urinarios también pueden ser consecuencia de una infección de la vejiga u otras afecciones.
Si el cáncer se ha diseminado fuera de la glándula prostática, un hombre puede experimentar:
- Dolor en la espalda, las caderas, los muslos, los hombros u otros huesos.
- Hinchazón o acumulación de líquido en las piernas o los pies.
- Pérdida de peso sin razón aparente.
- Fatiga.
- Cambio en los hábitos intestinales
ANÁLISIS DE PRÓSTATA (PSA)
El PSA (antígeno específico de próstata) es una sustancia proteína producida por la próstata que se utiliza como medidor en el diagnóstico temprano del Cáncer de Próstata. Este tipo de cáncer es el tercer tumor más frecuente en varones españoles y supone la tercera causa de muerte por cáncer en España. Algunos son de crecimiento lento y no tienen manifestaciones clínicas durante toda la vida, mientras que otros tienen un crecimiento más agresivo y pueden metastatizar.

CUANTO ANTESIDENTIFIQUES EL PROBLEMA ANTES SE PODRÁ PONER
La incidencia del Cáncer de Próstata aumenta con la edad. Afecta a hombres a partir de los 50 años de edad. Es recomendable que aquellos hombres que presentan mayor riesgo de cáncer de próstata, como los afroamericanos y los hombres con padre o hermano que tuviera cáncer de próstata, comiencen a hacerse exámenes de detección de cáncer de próstata desde los 40 o 45 años de edad.

AVANCES EN LA PREVENCIÓN PRECOZ DE CÁNCER DE PRÓSTATAInvestigadores españoles han liderado un estudio que demuestra la utilidad de los miRNA en semen como marcadores para el cáncer de próstata. El hallazgo podría evitar el sobrediagnóstico de estos tumores y biopsias innecesarias en la enfermedad benigna.

Expertos del grupo de Genética Molecular Humana del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (IDIBELL), liderados por Sara Larriba, en colaboración con Francesc Vigués y ManelCastells del Servicio de Urología del Hospital Universitario de Bellvitge (HUB), muestran la utilidad de ciertas moléculas, los miRNAs del semen, como biomarcadores no invasivos del cáncer de próstata. Los resultados de este estudio se han protegido mediante una patente y se han publicado en ScientificReports.

Estas pruebas ayudarán a los médicos a tomar decisiones clínicas, mejorando la detección del cáncer de próstata y la calidad asistencial del paciente.
El semen puede considerarse la biopsia líquida de los órganos del sistema reproductor masculino, y específicamente de la glándula prostática: aproximadamente el 40 % del semen deriva del tejido prostático, por lo que es probable que contenga moléculas específicas derivadas de la enfermedad de la próstata.

El grupo de Larriba, centrado en el estudio de la línea de investigación en genética molecular de la infertilidad masculina y cáncer urogenital, ha determinado que la cuantificación de ciertas moléculas de ácido ribonucleico, conocidas como miRNAs, y que están contenidas en vesículas extracelulares del plasma seminal, podrían ser clínicamente útiles como biomarcadores no invasivos para el cáncer de próstata.

“Nuestro estudio muestra modelos basados en miRNAs de exosomas de semen como biomarcadores moleculares con el potencial de mejorar la eficacia del diagnóstico o pronóstico de cáncer de próstata. Estas pruebas basadas en miRNAs proporcionan información fiable que ayudará a los médicos a tomar decisiones clínicas, así como a ahorrar biopsias invasivas innecesarias para los pacientes, mejorando la eficiencia de la detección del cáncer de próstata y la calidad asistencial del paciente”, explica Larriba.

Deficiencias de anteriores marcadores
El cáncer de próstata es el tipo de cáncer masculino maligno más frecuente en los países occidentales. En los últimos años se ha conseguido una disminución significativa de la mortalidad gracias al uso de PSA (antígeno próstatico específico) en sangre como marcador tumoral. Sin embargo, las deficiencias de PSA como biomarcador están bien documentadas.

“En muchos casos, tener niveles elevados de PSA no significa presentar cáncer de próstata, también se asocia a otras patologías como la hiperplasia benigna de próstata o la prostatitis. Por lo tanto, el examen de PSA ha resultado en un sobrediagnóstico de cánceres de próstata y en muchas biopsias innecesarias de enfermedad benigna”, comenta Vigués.

"Además, los niveles séricos de PSA no se correlacionan con la agresividad del tumor, la supervivencia o la respuesta a los tratamientos farmacológicos, lo que conlleva a un tratamiento excesivo de los tumores no agresivos. En este contexto, serían realmente bienvenidos biomarcadores no invasivos más precisos para cáncer de próstata con fines de diagnóstico y pronóstico”, añade Castells.
“Nuestro objetivo es ofrecer nuestros resultados a las clínicas como una prueba de diagnóstico. En ese sentido, y como siguiente paso, debemos realizar estudios prospectivos en cohortes más amplias de pacientes antes de que este biomarcador basado en miRNAs pueda ser adoptado en la práctica clínica”, concluye Larriba.